A lo largo de la saga Misión Imposible, se han visto secuencias de acción que quitan el hipo por lo espectaculares y arriesgadas que son. De cara a Misión: Imposible – Sentencia Final, no ha sido menos, incluyendo una escena que involucra a Tom Cruise subido en el ala de un avión biplano.
En las siete entregas anteriores, Cruise ya había hecho todo tipo de locuras, yendo un paso más allá con el paso de estas. Solo por citar algunas, en Misión: Imposible – Protocolo Fantasma escaló el edificio Burj Khalifa de Dubái, en Misión: Imposible: Nación Secreta se subió a un avión de carga en marcha, en Misión: Imposible – Fallout hizo un salto HALO y en Misión: Imposible – Sentencia Final saltó con una moto desde un acantilado.
Cruise es una auténtica estrella de acción, como ha dejado patente más de una vez en su carrera, pero para Misión Imposible 8, se ha superado. Aunque la película llega a los cines el 23 de mayo, en los tráilers se ha podido ver dicha secuencia del avión, con el actor colgado de este en el aire; sí has oído bien, en el aire.
El director de Misión: Imposible – Sentencia Final explica la escena del avión de Tom Cruise
Siendo el director de las cuatro últimas películas de la saga desde Nación Secreta de 2015, Christopher McQuarrie ha vivido in situ todas las acrobacias de Cruise. En una entrevista con Collider, el realizador ha sido preguntado por la vez que más nervioso se ha puesto con una escena realizada por Cruise en Misión Imposible. Pudiendo elegir entre tres opciones, McQuarrie destaca que dichos tres puestos están ocupados por la secuencia del avión de Sentencia Final.
Una escena en la que hay muchos condicionantes que dificultan la tarea, entre ellas el viento y las frías temperaturas. Muchas veces, cuando se está viendo una película, se tiende a pensar que ciertas cosas son imposibles, como es el caso de esta escena del avión en concreto, pero aquí es muy real.
Cuando le preguntan a McQuarrie cómo fue rodar esa escena, el director estadounidense lo califica directamente como “aterrador”.
“Lo realmente aterrador es que cuando Tom se sube al ala del avión, inmediatamente lo golpea un viento de 225 kilómetros por hora. No se puede respirar. Lo digo por experiencia. Yo también lo hice, y es bastante extraordinario”.
Varios factores debieron ser tenidos en cuenta
Sin embargo, esa no es la única complicación que entrañó tener a Cruise aferrado a un avión en movimiento, debiendo también que tener en cuenta el tiempo que podía estar en él, lógicamente por temas de la exigencia física que suponía y por falta de oxígeno.
“Sabíamos a los 12 minutos, entre el esfuerzo físico y la falta de oxígeno, que Tom empezaba a perder fuerza rápidamente. Hubo momentos en que Tom quiso terminar la acción, pero ya había superado los 12 minutos y estaba tan agotado físicamente que no pudo volver al avión. No se puede aterrizar si Tom está en el ala, y hubo momentos en que estuvimos arriba tanto tiempo que no había suficiente combustible. El combustible se estaba agotando, y Tom estaba tumbado en el ala, y era como ver una película de Misión Imposible: «¿Volverá a la cabina a tiempo para que aterricen?». Fueron días muy intensos. Eso es una instantánea”.
Es de valorar que un actor de la talla de Tom Cruise se atreva a realizar semejantes escenas él mismo. Ciertamente, está todo muy medido y estudiado, pero no por ello está exento de riesgo al cien por cien. En una época en la que se suele abusar del CGI, no tiene precio ir al cine y saber que algo se ha hecho de verdad.