Pocas películas son capaces de transmitir como lo hace Dune: Parte Dos a través de su fotografía y sonido. Además de su interesante historia, el filme dirigido por Denis Villeneuve se complementa con una gran cantidad de matices que elevan todavía más si cabe el nivel de la producción.

Al apartado técnico de Dune 2 no se le puede poner pero alguno, destacando por haber sido cuidado al extremo. La forma en la que se complementa la fotografía de Greig Fraser con la banda sonora de Hans Zimmer y el sonido en general, propician que el espectador se vea completamente sumergido en la historia que adapta la novela de Frank Herbert.

Con respecto al sonido, resulta impactante a lo largo de las casi tres horas de duración del filme, siendo atronador en muchas ocasiones, pero muy sutil y delicado en otras. Desde la secuencia de Paul Atreides montado en el gusano de arena, hasta el más mínimo susurro del desierto de Arrakis, pasando por las escenas de acción, es increíble la gama de sonidos presentes, todos ellos fruto del inmenso trabajo realizado por el equipo encargado de este.

Las claves del apartado de sonido de Dune: Parte Dos

Dune: Parte Dos tiene un apartado sonoro brillante
Warner Bros.

Richard King, supervisor de edición de sonido en Dune: Parte Dos, nominado al Oscar por el filme, ha detallado a The Hollywood Reporter lo que fue el proceso de creación del apartado sonoro de la segunda parte. Aunque se trata de una continuación, lo cual podría inducir a reutilizar gran parte del trabajo del precedente, King afirma que a excepción del ruido de los martilleadores (thumpers) y el de los ornitópteros, no se heredó nada más de la biblioteca de sonidos de Dune.

“Esta es una película diferente y mucho más de esta película ocurre en Arrakis que en la primera parte”, dice King. “Denis quería que ese mundo fuera más elaborado, pero hay nueva maquinaria, nuevas armas y los gusanos son mucho más que en la primera, por lo que había que crear una sensación sonora de los gusanos”.

La secuencia del gusano fue compleja sonoramente hablando

Hablando de gusanos, es fascinante cómo detalla King el proceso de creación para el sonido de estos, revelando en qué se inspiró para que sonarán de la forma en que lo hacen. “Simplemente imaginé a estos animales gigantes del tamaño de un rascacielos conduciendo por el desierto a toda velocidad y cómo sonarían”, dice King. “Fue muy divertido crear estos paisajes sonoros masivos usando mucha arena moliendo, pero también metal moliendo y cualquier cosa para que coincidiera con la escala de la fotografía y los efectos visuales”.

La escena en cuestión en la que Paul monta por primera vez en un gusano de arena, supuso todo un desafío. Dado el tamaño gigantesco de la criatura, King relata que “tenía que ser muy impactante y lograr la escala que Denis quería. Pero también necesitaba tener dinámica. Así que necesitábamos tener momentos de relativa calma y luego una ráfaga de arena cuando apareciera el gusano”. Para conseguir representar la magnitud del acontecimiento, se revela que King utilizó sonidos de cohetes, trenes, explosiones y metal chirriante.

Los sonidos del desierto de Arrakis destacan en Dune: Parte Dos

De forma sorprendente, la mayor dificultad en cuanto a sonido no estuvo en las secuencias álgidas, afirma King, sino a la hora de crear las distintas variedades de viento del desierto de Arrakis. “Realmente fue como componer música porque en cada escena vemos ropas de gente ondeando y vemos un poco de arena en el viento”.

Alcanzar las cotas de calidad de Dune: Parte Dos llevó aparejado un gran trabajo durante la producción de la misma, tanto que para retratar fielmente lo que es un desierto enviaron a un técnico de sonido al desierto de Sahara. Con ello lo que se logró fue tener una biblioteca de sonidos de viento que incluir en la película, los cuales iban desde “la calma absoluta hasta las violentas tormentas de arena. Nos divertimos creando sonidos para las escenas nocturnas en las que no hay viento, creando sonidos extraños de animales. Sonidos como de reptiles o pájaros, pero modificándolos para que sonaran espeluznantes y de otro mundo”.