Esta es una pregunta que los jugadores del videojuego de Naughty Dog responderán con rotundidad que sí, pero a la Abby de la serie The Last of Us no se la puede catalogar tan rápidamente de mala. Eso al menos es lo que afirma la actriz Kaitlyn Dever, quien ha asumido el tremendamente complicado reto de dar vida a un personaje controvertido, por decirlo suavemente.
La presentación de Abby en la serie de HBO es distinta a como se hace en el videojuego, añadiéndole los creadores de la producción televisiva, Craig Mazin y Neil Druckmann, más capas de complejidad, sobre todo emocionalmente hablando. En su primera aparición, a los pocos segundos del primer episodio de la temporada 2 de The Last of Us, nos encontramos con un personaje roto por el dolor y con un ferviente deseo de venganza. El objetivo de Abby es Joel, todo a cuenta de lo sucedido en el Saint Mary’s Hospital al final de la primera temporada, cuando el personaje interpretado por Pedro Pascal mata a todos los Luciérnagas que se interponen en su camino para salvar a Ellie.
A la hora de adaptar a Abby a acción real, Mazin recalcó recientemente que llegaron a considerar que el personaje estuviese igual de definido muscularmente que en el juego, pero se dieron cuenta de que para la serie esto no era necesario.
“Humanizar” a Abby fue el objetivo de Dever

En una entrevista concedida a la revista Elle (vía Collider), Dever ha explicado cómo intentó, a través de su actuación, que Abby fuese vista menos como una villana y más como alguien compungida y vulnerable.
«Quería que muchas de las partes rotas de Abby se reflejaran en sus ojos; quería humanizarla al máximo«, dijo Dever. «Es fácil llamar villana a Abby por cómo se presenta al mundo, por su apariencia dura. Pero también es una persona cruda, rota y vulnerable. Es importante ver eso».
Esos sentimientos con los que lidia Abby son el motor de sus actos, siendo también la clave para comprender sus motivaciones. «El dolor y la pena, y cómo se manifiestan, creo que es muy importante mostrarlos siempre de forma cruda», declaró Dever a Elle. «Si la experiencia de Abby hace que alguien se sienta un poco más comprendido mientras lidia con una pérdida «, añadió, «creo que es algo muy positivo «.
Es pronto para catalogar a Abby en base a lo poco que se la ha visto en el episodio 1 de The Last of Us, pero si se sigue la senda del material original, desde luego no va a ser fácil empatizar con ella, aunque tenga argumentos firmes a su favor.