Tron: Ares no ha arrancado con buen pie su andadura por los cines, hasta el punto de que apunta a fracaso en taquilla. Pese al enorme esfuerzo de Disney por promocionar la tercera entrega de la saga, el público no se ha visto excesivamente atraído. Eso se ve reflejado en una recaudación de lanzamiento que ni siquiera llega a los números cosechados por Tron: Legacy hace 15 años.

Pintan bastos para Disney con Tron: Ares, principalmente porque es una película que costó 180 millones de dólares de producir. Además, la cosa no se queda ahí, pues la inversión en marketing tampoco se habrá quedado muy atrás, visto el empeño del estudio de dar a conocer la existencia de la nueva entrega de la saga.

Cuando una superproducción se estrena a nivel mundial con 60 millones de dólares, es motivo más que suficiente para que se enciendan todas las alarmas. En Disney ya deben estarlo, pues a menos que el rendimiento en taquilla de Tron: Ares de un vuelco en los próximos días, llegar a los más de 450 millones de dólares que necesita para ser rentable es prácticamente una quimera.

Una fracaso en taquilla de Tron: Ares entra dentro de lo posible

Tron: Ares
Disney

A lo largo de un año, hay películas que antes del estreno se pueden catalogar como candidatas a ser un fracaso en taquilla. Por desgracia, Tron: Ares era una de estas, simplemente por un cúmulo de factores que al final parecen haber acabado confluyendo.

Lo primero de todo es que Tron no es una saga con una legión de fans tan extensa como pueden ser Star Wars, El Señor de los Anillos, etc. Esto propicia, para empezar, que el nivel de entusiasmo sea menor y, por ende, no tenga el efecto contagio en la audiencia que otras producciones sí tienen. Para entendernos, Tron es más una saga de culto de ciencia ficción que una con la capacidad de romper la taquilla, siendo un caso muy parecido al de Blade Runner, por ejemplo.

Luego está el tema de lo que se ha demorado esta secuela. Década y media desde el lanzamiento de Tron: Legacy puede haber llevado a cierta pérdida de interés. En este sentido, quizá la mejor decisión que podría haber tomado Disney era hacer una secuela de Legacy, como en un principio se había previsto.

Tron: Legacy
Disney

Demasiado cara

Otro problema de Tron: Ares es el enorme presupuesto del que dispuso. Gastar casi 200 millones de dólares en la entrega de una saga con una capacidad recaudatoria más bien baja no parece lo más racional. Si el techo de Tron en taquilla está en los 400 millones de Legacy, no hay muchos argumentos para pensar que un nuevo filme fuese mucho más allá. Teniendo ahí Disney el ejemplo de Marvel y lo que les está costando últimamente rendir a las películas enmarcadas en el UCM, quizá no tendrían que haber arriesgado tanto Ares.

Ya con Legacy les fue justo para sacar algo de rentabilidad en un panorama cinematográfico como el 2010, que era distinto al de hoy en día. Ahora al espectador le cuesta más ir al cine, principalmente porque sabe que dentro de un par de meses, a lo sumo, la película está disponible para ver en VOD y luego en streaming.

Esta es una circunstancia que se da cuando también hay dudas sobre la necesidad de ir a ver esa película en pantalla grande. Aquí entran en juego las críticas, donde precisamente Tron: Ares ha causado bastante división, como demuestra el 54% de puntuación en Rotten Tomatoes.

El único hilo al que se puede agarrar Disney para que Tron: Ares no acabe siendo el fracaso en taquilla que tiene pinta de ser, es la relativa falta de competencia en cartelera. Más allá de películas como Black Phone 2 y Springsteen: Deliver Me from Nowhere, el próximo gran estreno que hay es Predator: Badlands el 7 de noviembre.